Para cumplir el conjunto de misiones que le son propias, la educación debe entrecruzarse en torno a cuatro aprendizajes fundamentales, que en el transcurso de la vida serán para cada persona los pilares del conocimiento.
Aprender a conocer:
- Significa adquirir los instrumentos de la comprensión.
 - Aprender a conocer supone aprender a aprender, ejercitando la atención, la memoria y el pensamiento.
 - Este proceso de adquisición del conocimiento no concluye nunca y pude nutrirse de todo tipo de experiencia.
 - La enseñanza básica tiene éxito sí aporta el impulso y las bases que permitirán seguir aprendiendo durante toda la vida.
 
Aprender a hacer.
- Nos permite influir en el entorno. Aprender a conocer y aprender a hacer son indisociables en gran medida.
 - Aprender a hacer está más relacionado a la cuestión de la formación profesional.
 - El progreso técnico modifica las calificaciones que requieren los nuevos procesos de producción. A las tareas puramente físicas suceden tareas de producción más intelectuales y tareas de diseño, estudio y organización.
 
Aprender a vivir juntos:
- Nada posibilita participar y cooperar con los demás en todas las actividades humanas.
 - Es necesario dar a la educación dos orientaciones complementarias: el descubrimiento del otro y tender hacía objetivos comunes.
 - Asimismo, tiene una doble misión: enseñar la diversidad de las personas y contribuir a una toma de conciencia de las semejanzas y la interdependencia entre todos los seres humanos.
 
Aprender a ser:
- La educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo, mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual, espiritualidad. Todos los seres humanos deben estar en condiciones de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico y de elaborar un juicio propio, para determinar por sí mismo que deben hacer en diferentes circunstancias de la vida.
 
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